Los que no saben que saben

Ciudades Paralelas, una Cultura de Resistencia

Arianne Velis Ordosgoitti

(Venezuela)


Los pensamientos llegan a mí para que yo los escriba, este me rondó desde el 27 de julio sentada con mucho malestar en la sala de mi casa, pero no fue hasta el 4 de agosto cuando lo produje. En la habitación del hospital cansada de contar las baldosas de las paredes, multiplicar por la cantidad de rayitas y sumar las cuatro paredes, calcular el área una y otra vez, sentía que me volvía loca, me aprendí de memoria los números de teléfono del servicio de ambulancia, los cuales repetía al derecho y al revés. Hasta que me acercaron un cuaderno y un lápiz logrando de esta manera parar la locura.

En mi cultura se dice que cuando una persona va a partir al otro plano recorre sus pasos. En mi recorrido, que por suerte no termine, me encontré de pronto en el año 2012; trabajaba en la Escuela Nacional de Culturas Populares1 (ENCP), cuyo objetivo era hacer visible el trabajo de nuestras culturas y la relación entre lo simbólico y lo productivo; y no esa incisión que realiza Occidente de entender lo cultural solo como el mundo simbólico. Para ese momento era responsable, por la ENCP, de los municipios Boconó y Jauregui del Estado Trujillo, específicamente en las parroquias de Mosquey, Burbusay, Boconó, San Miguel y Niquitao.

De pronto, y como vía de escape, ya no estoy más en la habitación del hospital si no que me encuentro en asambleas de maestros y maestras de tradición, gente muy hermosa pero que “no sabía nada”, me explico, las asambleas se iniciaban con la rutina acostumbrada: una breve presentación y la pregunta ¿qué saben ustedes? La cual respondían al unísono: nada, nosotros vinimos porque ustedes si saben y comenzaban a explicar que ellos habían estudiado hasta 1ero o máximo hasta el 4to grado. Luego procedíamos forrar con papel bond tamaño pliego las paredes y a cada uno y una de ellas le preguntábamos: ¿qué hace usted?, ¿cómo lo aprendió? Y además de eso ¿usted celebra alguna fiesta de tradición?

De esta manera aparecían los más disimiles oficios: sembradores/as de café, de maiz (sin tilde), rezadores/as de gusaneras, amarradores de carga, productores/as de abeja o de champiñones, artesanos/as, loceros/as, aradores, criadores/as de ovejos, hiladores/as, montadores de ganado en camión, quienes además son los celebrantes de los Pastores del Niño Jesús, de San Isidro, cantadores de Rosarios, músicos de merengue campesino, celebrantes de Paradura de Niño; así como cultivadores de los mitos del Momoy, la cultura del maiz y del café. Ante mis ojos se abrían una cantidad de saberes totalmente desconocidos. La última pregunta tenía que ver con mi experiencia ¿saben que se yo de todo eso? Nada, ¿saben ustedes que si en nuestro país hay un bloqueo quiénes sobreviven por ser soberanos y quiénes moriremos en las grandes ciudades por no saber cómo resolver? Tal como se evidenció unos años después.

Inauguración de la Escuela Nacional de Culturas Populares en Boconó, Estado Trujillo

Luego del trabajo en las mañanas para descubrir los saberes, compartíamos un suculento almuerzo y seguíamos conversando sobre la organización popular. A la pregunta de cómo se realizaban las fiestas nos indicaban de las diversas organizaciones, logísticas y sus reglamentos para lograr que las mismas cumplieran su objetivo y terminarán según lo planificado. Allí surgía la siguiente inquietud ¿qué sucede si la fiesta la realiza el poder constituido? ¿Es la organización popular un poder? ¿Cómo poder entender que la fuerza que tenemos para la celebración también puede ser utilizada para lograr otros derechos?

En la ENCP se lograron registrar, —no sin una ardua lucha en la Taquilla única del Ministerio del Poder Popular para las Comunas en las capitales de los Estados; y la burocracia capitalina que nunca entendió que debían entregarse los presupuestos en el tiempo requerido para las siembras o recolección de cosechas— Empresas de Propiedad Social, en el pueblo mapoyo se iniciaron los Mercados Escuelas, construido por los capitanes quienes iban enseñando a los más jóvenes las técnicas tradicionales. En el Museo Trapiche Los Clavo, ubicado en la parroquia Boconó, mientras se realizaban actividades dirigidas a la población más joven, tales como, el tejido de la cocuiza, el raspado de la planta y su siembra, además de enseñarles las fiestas de tradición se dieron clases de cuatro, guitarra, losa. Todo ello contaba con el maestro del saber y con el facilitador-problematizador, formado por la ENCP, que registraba la experiencia y realizaba la pregunta que generaba la reflexión.

Mi inquietud se enfoca en pensarnos cómo dialogar en dos mundos que se mueven en paralelo 2 saberes tan importantes y necesarios como son el académico y el popular. ¿cómo la institucionalidad debe valorar ese saber que se aprende en la cotidianidad de la vida y dejarlo que entre contextualizado a las escuelas básicas, no sobrevalorando uno sobre otro? ¿Hasta cuándo vamos a seguir formando doctores y doctoras “que sí saben” que van a las comunidades a organizar, clasificar y categorizar el saber de los pueblos para obtener grados académicos sin que esto permee y trasforme a la sociedad?

Ahora, dónde conseguir a “los que no saben”, son los y las que están en cada esquina, en cada mercado de las grandes ciudades, porque para ser cargador y descargador, vendedor de mercancía se necesita una experticia.

Ahora de vuelta a la habitación, me doy cuenta que sigo en este plano y regreso a la multiplicación de las rayitas y suma de áreas. Valorando la experiencia que tuve con los maestros y maestras de nuestras tradiciones que no saben que saben.


Nota

  1. La Escuela Nacional de Culturas Populares fue un proyecto desarrollado por un equipo conformado por Luis Adrián Galindo, Demetria Casimira Monasterio, Omar Orozco Santana, Harold Palacios Sanabria, Ernesto Yevara y Arianne Velis. Solicitado y financiado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Fue desarrollado además de Trujillo en los estados Sucre, Lara, Bolívar (Pueblo Mapoyo).

5 comentarios en “Los que no saben que saben

  1. Sin duda esta es una historia que deja huella y aprendizaje! Es aprender a disfrutar cada día con nuevas experiencias y me deja con ganas de seguir leyendo muchas más. Me da una curiosidad tremenda saber otras vivencias que marcan la vida con hechos tan hermosos! Un fuerte abrazo

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  2. EL PODER del Pueblo es infinito. Es necesario entendernos como seres en indetenible aprendizaje. Es necesario verme como la esencia fundamental para el avance en equipo y no de manera individualista…que segrega, disminuye, invisibiliza y niega que en la Unión está la fuerza. Entenderlo es esencial para llegar al Hombre y la Mujer nueva…el Nuevo Ser Humano que nos habla El Ché y Simón Rodríguez,

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  3. Excelente artículo que va del presente al pasado, haciendo un recorrido de la experiencia vívida con las comunidades en el interior del país y regresa al presente, a la cotidianidad, en la sala de un hospital. Siempre tenemos que valorar todo lo vívido porque siempre se obtiene un aprendizaje. Felicitaciones 👏🏼👏🏼👏🏼

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  4. A propósito de los que «no saben que saben» y también son…. hay que aclarar otra trampa del sistema que minimiza a los que ya saben cómo vivir y resolver, es la conseja de «trabaja mucho y estudia, para que seas alguien en la vida»
    Primero, que aún sin trabajar y sin estudiar ya somos alguien, es una negación del ser, y de lo que ya sabemos, es un ardid «bajaestima» .
    Es la falacia del esfuerzo individual, como garantía de ÉXITO, absolutamente falso, ya que sin recursos materiales e intangibles, como son las relaciones, conexiones importantes, amigos, información privilegiada en los cuales te puedas apoyar es complicado salir de la pobreza.
    Súmale una educación que privilegia los contenidos y la memorización por sobre el pensamiento crítico y el conocimiento sobre sí mismo, las emociones, cognición, o «educación para la vida» es cuesta arriba esa travesía. Asimismo, la fragmentación del conocimiento, el cartecianismo, positivismo, y la distracción sin sentido, con estas redes creadas para fabricar adictos a ellas… educación a distancia, pan y circo, y pare usted de contar, es como están acelerando la neutralización del poder que aún tenemos los pueblos…
    El sistema está creado para que «los que no saben que saben» persigamos esa zanahoria e ilusión, que nos distrae con el trabajo de la rata, dando vueltas sin desplazarnos. Tampoco quedarnos el la inacción inducida por la desesperanza… nos toca » por ahora» seguir en resistencia y sumando cada uno en su círculo de influencia, para crear nuevas condiciones … seguimos

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